jueves, 27 de mayo de 2010

Película.

Planeaba conducir un coche de alquiler por la ruta 66;
su amigo Anguita de copiloto.
Me dijo que para ser uno mismo debía partir en dos la losa familiar;
mírame me voy a Londres con los bolsillos vacíos.
Algunos puñetazos y cartones a treinta libras sin ácido.
Sin duda era su película.¿Quién no quiere vivir la suya?
Provocar la situación a cada momento es el mejor ejercicio
de cine que se ha descubierto, comprar el pan
bajo el narcótico rosado de las películas del gran gordo italiano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario