El microbio se alimentó.
Envenenó a las otras bacterias,
se convirtió en un hombre y construyó un refugio.
Cultivó la tierra, se hizo preguntas.
No encontró a ningún otro individuo
en cien millones de kilómetros a la redonda.
Inventó la rueda y luego el ordenador de sobremesa.
Lo encendió.
Navegó por internet, encontró fotos de su cabaña.
Dejó de comer. En silencio se extinguió la humanidad.
sábado, 24 de abril de 2010
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